Los
robots del futuro podrían parecerse más a un pulpo o a una estrella de mar. En la actualidad un nuevo campo de la
robótica, denominado
‘soft robotics’ o robótica blanda, está emergiendo con fuerza, inspirado en los sistemas biológicos de peces, calamares o incluso las trompas de elefante, para llegar allá donde las estructuras rígidas no pueden hacerlo.
Los robots blandos no sólo tienen exteriores flexibles sino que, al igual que muchas estructuras biológicas, funcionan gracias a que contienen una red de canales huecos por los que se hace pasar un fluido a presión. El desarrollo de esta disciplina se ha hecho lo suficientemente importante como para que, en marzo de 2014, surgiera su propia revista científica:
Soft Robotics. En su primer número, investigadores del
Instituto Tecnológico de Massachusetts(MIT)
presentaban a 'Bubbles' (burbujas), un pez robótico capaz de realizar movimientos rápidos de manera autónoma,
No hay comentarios.:
Publicar un comentario